jueves, 22 de diciembre de 2011

La discapacidad psíquica

Definición de retraso mental (AAMR)
El término “discapacidad intelectual” equivale al que en documentos y tratados de organismos como la Asociación Americana del Retraso Mental (AAMR), Asociación Americana de Psiquiatría (APA), Organización Mundial de la Salud (OMS)... se recoge como “retraso mental”.
La AAMR (2002) define el retraso mental como “...discapacidad caracterizada por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa que se manifiesta en habilidades conceptuales, sociales y prácticas. Esta discapacidad comienza antes de los 18 años.”


El desarrollo intelectual estará relacionado, según este organismo, con las siguientes dimensiones:
- Capacidades intelectuales
- Conducta adaptativa (conceptual, social y práctica)
- Participación, interacciones y roles sociales
- Salud (salud física, salud mental, etiología)
- Contexto (ambientes y cultura)

Entendiendo la clasificación como útil para definir necesidades y apoyos, se puede hacer referencia a los siguientes grados de discapacidad que se recogen en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-TR). Estos serían:
- Retraso mental leve
- Retraso mental moderado
- Retraso mental grave
- Retraso mental de gravedad no especificada

Definición y concepto de trastornos generalizados del desarrollo.
El mismo planteamiento comentado para la discapacidad intelectual, con vistas a la determinación de necesidades y disposición de recursos, resulta también válido para otras tipologías y, en concreto, para los trastornos generalizados del desarrollo, por lo que la perspectiva de evaluación/ intervención que aquí se presenta es similar.
Según el DSM-IV (TR), los trastornos generalizados del desarrollo se caracteriza por presentar una perturbación grave y generalizada en las áreas del desarrollo que tienen que ver con habilidades de comunicación y relación e interacción social; junto a ello se da la presencia de comportamientos, intereses y actividades estereotipados.
En la tipología se incluyen: el trastorno autista, que se asocia en un gran porcentaje de casos (75%) con retraso mental; el trastorno de Asperger que va unido a cocientes intelectuales normales y no implica limitaciones o alteraciones formales del lenguaje (aunque sí otras alteraciones pragmáticas y prosódicas); el trastorno o síndrome de Rett que se acompaña siempre de un nivel severo o profundo de retraso mental; el trastorno desintegrativo infantil que implica una pérdida de funciones y capacidades adquiridas en los primeros años de la infancia; y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado que se determina cuando los síntomas no son evidentes.
La diversa gama de alumnado que incluye esta tipología puede compartir, en mayor o menor grado, los rasgos antes mencionados, pero las variaciones, a su vez, dependen también de factores como la gravedad y edad de aparición del propio trastorno, el sexo, el grado de retraso mental asociado, el apoyo de los núcleos familiar y social, la disposición o no de metodologías y técnicas de intervención adecuadas...
*Esta tipología pertenece al ámbito de intervención del equipo de Conductuales.

Clasificación de los trastornos (DSM-IV-TR)

Trastorno autista
El trastorno autista se caracteriza porque presenta un desarrollo muy limitado de actividades e intereses. Las manifestaciones del trastorno varían mucho en función del nivel de desarrollo y de la edad cronológica del sujeto. Las carencias de la interacción social son importantes y se prolongan en el tiempo. También destaca la alteración en el proceso de la comunicación, que afecta tanto a las habilidades verbales como las no verbales. Puede producirse un retraso del desarrollo del lenguaje hablado o incluso su ausencia total. La alteración debe manifestarse antes de los 3 años de edad por retraso o funcionamiento anormal en por lo menos una de las siguientes áreas: interacción social, lenguaje tal como se utiliza en la comunicación social o juego simbólico o imaginativo .En la mayor parte de los casos existe un diagnóstico asociado de retraso mental.

Trastorno de Rett
En este trastorno van surgiendo una serie de alteraciones específicas después de un período de funcionamiento normal y tras el nacimiento. Dichas alteraciones dan lugar a un patrón característico de desaceleración del crecimiento craneal, pérdida de habilidades manuales intencionales previamente adquiridas y aparición de una marcha y unos movimientos del tronco mal coordinados. Además está afectado el desarrollo del lenguaje expresivo y receptivo.
El trastorno de Rett tiene su inicio antes de los 4 años de edad, habitualmente durante el primero o segundo año de vida. Generalmente se asocia a retraso mental grave o profundo y es más representativo en mujeres, mientras que el trastorno desintegrativo infantil y el trastorno de Asperger parecen ser más frecuentes en varones.


Trastorno desintegrativo infantil
La variable más significativa de este trastorno es la regresión que se produce en diversas áreas de desarrollo tras un período aparentemente normalizado de al menos dos años. Este criterio de normalidad se manifiesta en una comunicación verbal y no verbal, unas relaciones sociales, un juego y un comportamiento adaptativo apropiados a la edad tras los primeros 2 años de vida. Posteriormente y antes de los 10 años de edad, el niño experimenta una pérdida de habilidades adquiridas anteriormente, por lo menos en dos de las siguientes áreas: lenguaje expresivo o receptivo, habilidades sociales o comportamiento adaptativo, control vesical o intestinal, juego o habilidades motoras. El trastorno desintegrativo infantil suele asociarse a retraso mental grave.

Trastorno de Asperger
Prevalece una alteración grave y persistente de la interacción social y el desarrollo de patrones del comportamiento, intereses y actividades restrictivas y repetitivas. En contraste con el trastorno autista, no existen retrasos del lenguaje significativos (p. ej., se utilizan palabras simples a los 2 años de edad y frases comunicativas a los 3 años de edad). Además, no se observan retrasos importantes del desarrollo intelectual ni en el desarrollo de habilidades de autoayuda propias de la edad del sujeto, comportamiento adaptativo (distinto de la interacción social) y curiosidad acerca del ambiente que le rodea. El trastorno de Asperger parece tener un inicio algo posterior al del trastorno autista, o por lo menos es reconocido algo después.

Trastorno generalizado del desarrollo no especificado
Esta categoría se utiliza cuando no se cumplen los criterios de un trastorno generalizado del desarrollo específico, esquizofrenia, trastorno esquizotípico de la personalidad o trastorno de la personalidad por evitación.

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